Cymbidium

Hojas: Son largas, estrechas y de color verde brillante. Pueden medir entre 30 y 90 cm de largo, dependiendo de la variedad. Las hojas crecen en forma de roseta, lo que da a la planta una apariencia densa.

Tamaño: Puede llegar a medir entre 50 cm y 1 metro de altura. La planta se desarrolla con cañas robustas que sostienen las flores.

Crecimiento: Moderado a rápido, dependiendo de las condiciones. El Cymbidium se desarrolla mejor cuando está en una maceta adecuada con un sustrato bien aireado.

Luz: Prefiere luz brillante e indirecta. Puede tolerar algo de sol directo por la mañana o al final de la tarde, pero el sol directo fuerte puede quemar sus hojas.

Riego: Requiere riego regular durante la temporada de crecimiento (primavera y verano), pero el sustrato debe secarse ligeramente entre riegos. En invierno, el riego se debe reducir, permitiendo que la planta entre en un periodo de descanso.

Temperatura: Idealmente entre 15 °C y 25 °C. Puede soportar temperaturas más frescas, especialmente durante el invierno, donde se recomienda una baja temperatura nocturna para favorecer la floración.

Humedad: Alta, entre 50 % y 70 %. Prefiere ambientes con buena humedad. Si el aire es muy seco, es útil usar un humidificador o colocar la planta sobre una bandeja con piedras y agua.

Sustrato: Un sustrato bien drenado es esencial, por lo que se recomienda una mezcla de corteza de pino, perlita y musgo sphagnum. Esto asegura una buena aireación de las raíces, lo que es clave para evitar la pudrición.

Toxicidad: No es tóxica para humanos ni mascotas.